lunes, 11 de junio de 2007

MORAL






------ EL HIYAB -------




LA VESTIMENTA ISLAMICA

Aunque el vocablo hiyab se define como cubrirse, en la cultura islámica hiyab es un conjunto de virtudes y exaltados valores, de los cuales cubrirse es sólo una de sus dimensiones. El Islam, en su avance hacia la perfección insiste en la devoción interna y la pureza de corazón antes de hablar de cubrirse externamente (en su apariencia). En otras palabras, el Islam cree que si en el seno del ser humano no existe la fe en Dios y en el día del juicio final, ninguna ley ni castigo puede obstaculizar los delitos sociales.
Si el ser humano siente que Dios esta presente en todo lugar y ni un sólo instante esta desatento de Él, automáticamente se aleja del pecado. Si tiene la certeza que algún día tiene que rendir cuenta por cada uno de sus actos de cada instante de su vida, pondrá más atención a su conducta. Si el hombre esta armado con la devoción y una fe fuerte se mantendrá en la castidad y la pureza incluso en la intimidad.
Tenemos el ejemplo de la historia del Profeta José (P) a quién el único factor que lo alejó de pecar en la intimidad fue la fe y su firme creencia en Dios.
El Islam, en la cuestión de la relación hombre y mujer, enfatiza antes que nada en la fe y una sincera devoción, puesto que si alguien obtiene esta valiosa joya, naturalmente tendrá en cuenta otras cuestiones como el hiyab y la castidad.




LA NECESIDAD DE CUBRIRSE



Otro punto, el cual es muy delicado y debería también ser considerado se refiere al recato, todas las religiones advierten que en la mujer existe el deseo innato de mostrarse así misma. Y lo que existe en el hombre es una inclinación a flirtear y sentir placer por ello.
El historiador norteamericano Will Durant (1885-1981) dice que no hay deseo mas firme en el mundo y más perseverante que el deseo en el hombre de mirar a una mujer, no importa en que medida es controlado o restringido.
Algunos sociólogos creen que la causa de los extremismos en el vestir de la mujer y su falta de pudor es la errónea creencia que la sociedad tiene sobre el tema, habiendo abandonado en su mayoría, los valores morales que la dignifican.



"Dios ha puesto limites; no los transgredas. El ha especificado lo obligatorio y los preceptos; no los esquives ni les des la espalda y las cosas que El ha mantenido en silencio (no haciéndolas obligatorias ni prohibidas) no fue porque El se olvidó de ellas sino que El quiso que seas Libre de observarlas. Entonces no te limites a ti mismo y cumple con tus obligaciones en nombre de la religión de Dios y por Dios". Ali Ibn Abi Talib
El Islam ha promulgado unas normas básicas y sencillas con el fin de conservar la sociedad sana y nos habla de que la relación entre hombre y mujer debe ser de respeto mutuo.
Incluso toca el tema de las formas de caminar y aconsejando siempre no llamar la atención en el vestir ni caminar de forma provocativa.
De aquè entendemos que el conjunto de las conductas debe ser tan discreto que no atraiga la atención de los hombres. Todo lo contrario a lo que Occidente promueve y por ello la decadencia y la corrupción son los síntomas inevitables que ya padecen. Las cosas no hubiesen llegado a tal punto, en la que todo gira alrededor del sexo y cada día que pasa la mujer va más provocativa pues al mismo tiempo que hay más estímulos sexuales en la calle, hay también más aberraciones ya que al no haber un código moral que limite toda esa "libertad" desencadenada, lo que se ha conseguido, como hemos dicho, es que haya una degeneración en la conducta social.



EL CONTROL DE LA MIRADA



Uno de los conceptos elevados del hiyab es la cuestión de controlar la mirada. Es decir, ella no invita a los hombres, con su actitud y vestimenta a que la miren. Es posible que la mujer, vista de tal manera que lo que esta haciendo es ser como un cartel publicitario que dice: "ven sígueme".
Decir que la forma de vestir islámica sirve para encarcelar a la mujer dejándola sin derecho a relacionarse fuera de su casa, es decir una gran mentira, nosotros nos basamos en lo que es bueno para la familia.
Una mujer no debe hacer nada que disturbe su situación familiar por supuesto lo mismo vale para el hombre. Hoy en día en nombre de la libertad de la que están tan orgullosos los países desarrollados incluyendo el haberse sacudido las cadenas pesadas de la religión ,vemos que en vez de que ello les ayude a desarrollar las potencialidades que existen dentro del ser humano sólo están consiguiendo la desintegración de la familia, la drogadicción y la promiscuidad a edades cada vez mas temprana ,simplificando sus intereses únicamente en sexo y dinero.
Volviendo al tema de la mirada podemos afirmar que es, imposible que un hombre, que controla su mirada y no baja su vista al ver lo que le es prohibido, luego quiera controlar y dominar su pasión y deseo puesto que luego de mirar el deseo y pasión se estimula y as no es fácil impedir sus consecuencias. Por lo tanto el primer paso fundamental es el control del deseo y la pasión, a través de la mirada, en el hombre y en la mujer, el recato. El islam ha ordenado que si se mirase involuntariamente a alguien o algo prohibido tiene que evitar la segunda mirada, que seguramente seria mal intencionada, y que tratase de no traer a la mente lo que ha visto.
Relata el Imam Muhammad al-Baqir (P), que vivió entre 676-733 que Jesús dijo a sus discípulos: "Aléjense de mirar lo prohibido puesto que siembra en el corazón la semilla de la pasión y arroja a la persona a la seducción y corrupción".
Los Evangelios, también recogen palabras muy fuertes de Jesús en estesentido.
El hábito que tienen los hombres de fijarse en las mujeres y, decirles cosas que, según la educación que tengan, puede llegar a las obscenidades más grandes, está en manos de la mujer él corregirlo, absteniéndose "de embellecerse y vestirse llamativamente al salir a la calle".
Justamente esta mala conducta del hombre, de mirar a la mujer desde el ángulo sexual por curiosidad o deseo, hace que las mujeres en su ignorancia, queriendo llamar la atención del hombre, hagan atractiva su apariencia en vez de hacer valorar su personalidad interna y hacer que el hombre se fije mejor en sus valores espirituales.
Esta conducta de la mujer, que tanto la perjudica, sólo consigue abonar el terreno para la decadencia.


LA VERDADERA CARA DEL HIYAB



A menudo se plantea el tema del hiyab con un tono de lamento. Y son muchas las personas, que desconociendo las razones que obligan a la mujer a cubrirse, la miran con pena, desprecio o burla. Pero el Islam, cuida que la mujer no sea objeto de las miradas ni objeto de los deseos de los hombres Es por lo tanto, para beneficio de la mujer, para su tranquilidad y protección, que ella use el hiyab limitando así que el hombre la mire y obligándole con ello a un trato respetuoso. Por eso debemos decir que el hiyab es un derecho de la mujer y su beneficio, pero también para los hombres, que quedan a salvo de los peligros de las tentaciones, deseos, malos pensamientos, etc., que muchas mujeres con su actitud provocan enellos.
La mujer en Occidente se queja muy ofendida que no, quiere ser una "mujer objeto" para el hombre pero eso se contradice con su comportamiento, donde la vanidad y la frivolidad es lo que la envuelve. La mujer se mantiene obstinada en que quiere ser igual al hombre, sin querer reconocer que Dios ha creado diferencias en su comportamiento innato, la mujer instintivamente tiende a embellecerse y mostrarse atractiva ante el hombre. La coquetería esta en su naturaleza, y todo ello, limitado a su marco familiar, es muy correcto y aconsejable, pero el Islam no considera correcto que la mujer casada se extralimite, como medida preventiva a lo que todos sabemos que suele ocurrir y que tantos matrimonios ha destrozado.



La Vestimenta Adecuada



El Islam da gran importancia al pudor y su acatamiento en la vida del creyente, y la cuestión de la vestimenta es una de sus partes, Dijo el Profeta Muhammad (BP) : "El pudor es toda la religión. Usar ropas estrechas y llamativas, dejar desnudas partes del cuerpo y, en general, toda vestimenta que va contra el pudor, es contraria a las enseñanzas islámicas. En los mandatos prácticos del Islam, en los momentos de la oración, es aconsejable usar ropas anchas que cubran todo el cuerpo, también para los hombres.
El Rol Protector del Hiyab
La mujer occidental, con su actitud y forma de vestir seduce e incita alos hombres muchas veces.
El hiyab, sin embargo, es el mejor medio por el cual la mujer siente tranquilidad y es el más fuerte escudo que devuelve las flechas de las malas miradas insoportables ofensivas para una mujer pudorosa y digna. El hiyab es una indumentaria modesta que no cubre el rostro, y se usa en todo el mundo islámico, porque es una obligación Coránica. (Sura 33:59)
Antes, las mujeres cristianas iban a la iglesia y se ponían pañuelo en la cabeza. Preguntamos a esas mujeres ¿Por qué lo hacían, aunque sea sólo dentro de la iglesia ?. Por respeto. Bueno, la mujer musulmana considera que todo, no solamente la iglesia sino todo lugar es sagrado, y que la mirada de Dios esta en todas partes, que Su Presencia es absoluta. El no esta encerrado en la iglesia ni en ningún otro lado. Entonces la mujer le respeta en todo lugar, toda la Tierra fue dada al Profeta (BP) como lugar de oración, bendecida por su presencia, no solamente la Tierra Santa (corno lo son Arabia, Palestina y toda Siria).




EL ROL ECONOMICO DEL HIYAB



Para evitar los daños que ocasiona seguir modas frívolas y costosas, el Islam aconseja sabiamente a las mujeres que acostumbren a vestir con recato y prendas discretas. "Los gastos para maquillaje y adornos, el despilfarro en ropas que luego pasan rápidamente de moda, es una carga difícil de seguir para muchas familias".
Y la mujer que no puede participar en el mundo de la imagen y el consumo, pasa a sentirse relegada, acomplejada y en inferioridad de condiciones. En la actualidad somos testigos de enfermedades como la anorexia y la bulimia y eso es debido al famoso culto a la figura corporal.
Pero la verdad es que el desprecio es para quien pone su destino y su personalidad en manos de los creadores de moda, que dominan con gran acierto el campo publicitario y la captación de masas.
Algunas personas creen y alegan que llevar hiyab es molesto y dificulta las actividades sociales de la mujer, pero las mujeres musulmanas tienen una experiencia muy diferente. Las musulmanas ven mas problemas e inconvenientes para la mujer que por falta de hiyab debe sufrir las miradas ofensivas y las palabras groseras de los hombres. Las musulmanas por ello se sienten a salvo y el hiyab es su protección. Además, vestir con decencia y modestia le añade elegancia, dándole a su aporte una aureola que la distingue, y esto, el hombre que es inteligente y sensible, lo reconoce y valora, pues el hombre en el fondo de su corazón desprecia a las mujeres frívolas y materialistas.
La castidad y el pudor son dos virtudes innatas en la mujer, que la protegen contra los impulsos sexuales de muchos hombres.
Will Durant el autor de la famosa obra "La Historia de la Civilización" dice al respecto: " Las mujeres entendieron que la generosidad en este aspecto es la causa de menosprecio hacia ellas..."





EL ROL SOCIAL DEL HIYAB



Además de los efectos individuales, el hiyab tiene una repercusión social. El hiyab no significa la no participación de la mujer en la sociedad sino una presencia seria y digna y justamente por ello, la mantiene, sana y equilibrada. Sin duda alguna, la felicidad de la sociedad depende de la felicidad de la familia, su núcleo principal. La familia es la institución que recoge y educa la futura generación y es el soporte espiritual y sentimental para los miembros de la sociedad. Si ella no esta solidamente conformada, las sociedades entran en crisis profundas, que llevan a la ruina.
Limitar la sexualidad al marco matrimonial es el factor más importante para resguardar y consolidar la familia. La mujer, si vuelve sus sentimientos hacia su familia y guarda su belleza dentro del marco familiar y aparece en la sociedad con dignidad y discreción, brinda, con su conducta, calidez a la familia y la protección que necesitan de ella, por el contrario, con esa actuación egoísta y frívola, la mujer lo que hace es desestabilizar la vida familiar, consiguiendo que el esposo disminuya gradualmente su interés y admiración por ella.




Podemos sintetizar los objetivos del colonialismo en la lucha contra el hiyab de la siguiente manera:
1.- El Islam es contrario a la colonización y el hiyab es una de las normas básicas de la religión. Eliminando el hiyab se abre un boquete para debilitar y aniquilar así sus bases.
2.- El colonialismo, trata de introducir su cultura dentro de la cultura islámica, para no enfrentarse abiertamente con la tradición y cultura musulmana. Ellos importan sus costumbres lujuriosas y libertinas además del alcohol (costumbre ya tradicional para acabar con sus oponentes, léase indios norteamericanos, etc.).
3.- Ya que uno de los principales objetivos del colonialismo es explotar económicamente otros países más débiles, lucha contra cualquier factor que impida el sometimiento. En el marco familiar el individuo es más fuerte y posee mayor capacidad de resistencia a la explotación y la tiranía.

sábado, 9 de junio de 2007

ARQUITECTURA ISLÁMICA

El escaso ritual del culto islámico dio lugar a dos tipologías de carácter religioso: la mezquita (masjid), recinto donde la comunidad se reúne para orar, y la madrasa o escuela coránica.
Dentro de la arquitectura civil destacan los: palacios, los caravasares y las ciudades, en las que se consiguió un planeamiento racionalizado de acuerdo con las canalizaciones de agua y la protección frente al calor. Otro edificio importante en el islam es el mausoleo, enterramiento de un gobernante y símbolo de su poder terrenal.
Todos estos edificios religiosos y seculares tienen numerosos elementos estructurales y decorativos en común.



[[ Mezquitas: ]] -->


El muro de la quibla indica la dirección hacia la que los musulmanes deben dirigir su oración, la ciudad santa de La Meca. Para diferenciarla del resto de las paredes del templo se abre en ella un pequeño ábside o nicho llamado mihrab, similar al altar cristiano pero sin su contenido simbólico. El resto de las sala de oración es un espacio techado indiferenciado, dividido en ocasiones por series de arquerías sobre columnas, paralelas o transversales al muro de la quibla. Esta disposición, heredada de las basílicas paleocristianas y transformada por el culto musulmán en la tipología conocida como mezquita hipóstila, evita las articulaciones espaciales jerarquizadas, características de sus antecesoras cristianas. Otra de las novedades de estas salas hipóstilas es su capacidad para crecer indefinidamente, como en el caso de la mezquita de Córdoba (España, siglos VIII-X), ampliada en numerosas ocasiones debido al aumento de la población. PatioLas mezquitas, sin embargo, mantuvieron la concepción primitiva del rezo al aire libre, en un patio rodeado de soportales que proporcionaban sombra a los fieles. Por ello la sala de oración permaneció como un espacio abierto al patio o sahn, que siguió siendo un elemento importante del conjunto, a menudo con igual o mayor superficie que la zona cubierta. En algunos casos como en las mezquitas de Córdoba o Sevilla (España) el sahn imitaba la configuración interior por medio de filas de naranjos alineados y a la misma distancia que las columnas de la sala adyacente. Además, en el patio solían aparecer dos elementos característicos: la fuente para las abluciones (sabial) y la torre para llamar a la oración, el alminar o minarete.

[[ Arquitectura civil: ]]--->


Durante la época de los Omeyas y primeros Abasíes, los príncipes de las familias construyeron varios palacios en el desierto de Siria e Irak. Algunos de ellos estaban rodeados por terrenos de caza -como los de los últimos reyes Sasánidas- y otros disponían de baños abovedados derivados de la arquitectura tardorromana, que también se aprecia en su empleo como villas o explotaciones agrícolas. Por ello, estos palacios supusieron una síntesis entre las tradiciones orientales y occidentales, característica del primer arte islámico. Al mismo tiempo demostraban una cierta libertad frente a las recomendaciones contra el arte figurativo, que no llegaban a alcanzar connotaciones prohibitivas en el Corán pero sí en los hadit (tradiciones orales) del siglo IX. Los palacios Omeyas estaban decorados con mosaicos, pinturas murales y estucos, representando animales, escenas cortesanas o al propio califa. Esta decoración deriva en gran medida de la tradición Sasánida.En el periodo medio, el mundo islámico produjo los mejores frutos de su civilización urbana. Con la invasión de los mongoles, no obstante, muchas ciudades fueron destruidas o reducidas a pueblos, y se perdieron los ingeniosos sistemas hidráulicos que las permitían existir. Bajo los Abasíes se fundó en medio del desierto, cerca de Bagdad, una ciudad administrativa llamada Samarra, que no llegó a terminarse. Samarra ocupaba una extensión de 175 hectáreas rodeada por una enorme muralla, contaba con jardines, palacios, edificios administrativos, una mezquita, baños y cuarteles. Los edificios residenciales estaban decorados con pinturas figurativas, pero los motivos ornamentales más delicados están tallados en estuco, siguiendo esquemas geométricos de origen turco. Todas estas ciudades de nueva planta, como Samarra, El-Fustat (cerca de El Cairo y conocida por excavaciones) o Medinat al-Zahara, cuentan con importantes infraestructuras como acueductos y redes de alcantarillado. Otro de estos palacios-ciudades del mundo islámico fue la ya citada Medinat al-Zahara en las cercanías de Córdoba (España), edificada por el primer califa cordobés Abd-al-Rahman III de la dinastía Omeya huida desde Siria hasta al-Andalus y destruida por las tribus bereberes en el siglo XI. La tradición islámica de los palacios-ciudades se mantuvo en el norte de África, en Estambul, donde los turcos otomanos comenzaron en 1454 la construcción del palacio Topkapi, y en el reino Nazarí de Granada (España), con el magistral palacio de la Alhambra. El conjunto de la Alhambra está formado por un fortaleza o alcazaba y por el palacio real. A su vez, el núcleo principal del palacio está constituido por una zona oficial en torno al patio de Comares y otra residencial abierta al patio de los Leones. En el centro de este último aparece una fuente sobre figuras de leones con surtidores en sus bocas. El mismo tema del león se repite en la escultura de bronce de pequeño formato y en numerosos recipientes cerámicos . En Irán los últimos grandes constructores fueron los Safawíes, cuya contribución a la arquitectura civil incluye puentes, campos de polo y palacios con miradores de madera. En el palacio de Abbas I se construyó una galería de arte para albergar su colección de porcelanas chinas. Los caravasares fueron una contribución Selyúcida. Son lugares de descanso para los viajeros de las rutas de caravanas y cuentan con una sala de columnas o apadana y un patio para los animales. Otros edificios destacados de la arquitectura civil islámica fueron los baños públicos, bazares, jardines y ribats o guarniciones fronterizas, como los que se conservan en Túnez.

[[Tumbas y mausoleos:]] -->


Las tumbas y los mausoleos, levantados como símbolos del poder de los gobernantes fallecidos, se convirtieron en los monumentos más importantes del islam después de las mezquitas y los palacios. Entre los ejemplos más destacados se halla la necrópolis de las afueras de El Cairo, que presenta tumbas cupuladas construidas por los mamelucos en el siglo XV. La necrópolis Sah-i-Zindeh (siglos XV y XVI) erigida por los Timuríes en Samarcanda, es un impresionante grupo de edificios de ladrillo cubiertos con esbeltas cúpulas sobre tambores, como la tumba de Tamerlán. En Irán, bajo la dominación mongola, se desarrolló un tipo característico de enterramiento cuyo ejemplo más brillante es el gran mausoleo de Sultaniyah (siglo XIV), cuya cúpula se eleva aún más por la inclusión de un tambor octogonal. En relación a este tipo, la obra más representativa del periodo mongol (o mogol) en la India es el famoso Taj Mahal, en Agra, un mausoleo construido en el siglo XVII por arquitectos iraníes.

[[Decoración arquitectónica:]] -->


El estuco, el ladrillo y el azulejo se usaron como elementos decorativos en los edificios islámicos. Los Selyúcidas añadieron la cerámica vidriada (véase más abajo Cerámica). La superficie de los mihrabs, con sus bandas de inscripciones coránicas, se realizaron en estuco tallado o barro vidriado. Los paneles murales se adornaron con motivos decorativos de lacería geométrica sobre azulejos. En la arquitectura de los Timuríes y en la Córdoba califal, los mihrabs se recubrieron con teselas de mosaico de colores brillantes. Los turcos fueron destacados productores de cerámica. En el Irán Safawí, la mayor parte de los edificios públicos se decoraron con azulejos. La gama cromática incluyó el dorado y el verde, que se aplicaban mezclados en vez de por separado, como se hacía anteriormente.Las celosías de madera tallada, en ocasiones con incrustaciones de marfil, también proporcionaron un soporte para la decoración arquitectónica en el mundo islámico. Se emplearon en macsuras, mimbares, ventanas, pantallas y puertas. Los relieves de piedra y de mármol se encuentran en lugares tan distantes como Turquía, Egipto y España.Artes decorativasLa proscripción de la temática figurativa, contenida en los hadit, es similar a la iconoclasia desarrollada durante el periodo del Imperio bizantino.Estas prohibiciones o recomendaciones se seguían estrictamente en el caso de la arquitectura religiosa, como en el caso de las mezquitas, pero la arquitectura civil las transgredía en numerosas ocasiones, dependiendo en cualquier caso de la ortodoxia del gobernante de turno. En el palacio de Msatta (principios del siglo VIII) en el desierto sirio, se aprecia una clara distinción entre la decoración de las dependencias laicas y las religiosas. Los relieves situados en la zona de la mezquita son totalmente abstractos, mientras que los del resto del edificio presentan decoración figurativa zoomórfica. De todos modos, la representación de figuras humanas y animales se hace de forma convencional y con finalidad estrictamente decorativa. Por otro lado estas limitaciones supusieron un acicate para el desarrollo de un repertorio basado en diversas formas y motivos, como la epigrafía (inscripciones caligráficas), el ataurique o decoración vegetal estilizada (arabescos) y la decoración geométrica o de lacería.

ARQUITECTURA
ISLÁMICA



El profeta Mahoma creó la religión musulmana, hacia el año 622 (fecha de la Hégira), en la ciudad árabe de Medina. La mezquita es el edificio más significativo de la arquitectura islámica y su función no responde a rituales complejos (como el templo cristiano) sino tan sólo a acoger un espacio para la oración.
El clima del desierto, donde surgió la religión musulmana, hace necesaria la protección del sol, del viento y de la arena, de modo que los primeros modelos consistían en un simple recinto rectangular porticado con un patio en su centro. La parte fundamental de la mezquita la constituye la quibla, que es el muro del perímetro orientado hacia La Meca, donde deben dirigir la oración los fieles. En el centro de la quibla se sitúa el mihrab, un nicho u hornacina que sirve para distinguir el muro de la quibla. En ocasiones también se disponía, a la derecha del mihrab, un mimbar o púlpito desde el que el imán (o cualquier otro tipo de jefe religioso o político) organiza la oración y arenga a los participantes. Los elementos estructurales fueron diferentes a lo largo de la historia, pero siempre con el predominio de la utilización del arco como elemento sustentante. Las cubiertas, sin embargo, pueden ser planas, de madera a dos aguas, bóvedas o cúpulas. Una característica común es la ausencia de vanos en los muros perimetrales, lo que consolida el espacio de la mezquita como un
espacio interior, indicado para el rezo, cuya única luz procede del patio o de alguna abertura en la cubierta que produce una débil incursión de luz cenital.
El conjunto de la mezquita se completa con una torre llamada alminar o minarete, desde la que se llama cinco veces diarias a la oración de los fieles. El modelo general subsiste hoy día, aunque tan sólo se puede considerar como tipología a efectos de uso, puesto que numerosas iglesias cristianas (como la de
Santa Sofía en Constantinopla o Estambul) han pasado a ser mezquitas sin demasiadas transformaciones. La fe islámica prohibe las representaciones de personas y animales. Para sustituirlas, la arquitectura islámica ha generado a lo largo de su historia una decoración característica, empleando profusamente motivos vegetales (arabescos), geométricos y la propia caligrafía árabe. Los materiales que se han utilizado para decorar los paramentos han sido variados: azulejos, cerámicas, mosaicos, madera tallada, marquetería, mármoles, piedras areniscas, estucos o mármoles con incrustaciones de gemas.


ARQUITECTURA ISLAMICA OCCIDENTAL


Arquitectura islámica occidental. La dinastía Omeya, con centro en el califato de Damasco, inicia su poder en el año 661 y dirige la expansión del islam hasta el año 850. De esta época son
la mezquita de la Roca (c. 691) en Jerusalén, y la mezquita mayor de Damasco (705), organizada como una basílica de tres naves, pero con la orientación transversal, y flanqueada por el sahn o patio de abluciones.
Este edificio ha servido de modelo para la mayoría de las mezquitas occidentales hasta nuestros días. Con la caída de los Omeyas de Damasco, los Fatimíes tomaron el poder en el norte de África, donde construyeron siguiendo la tradición siria las impresionantes mezquitas de Sidi Ocba en Kairuan (836-866), en la actual Tunicia, e Ibn Tulun (siglo IX) en El Cairo. En el año 755 desembarca en la península Ibérica —el extremo occidental del islam— el único príncipe Omeya que se salva de la matanza Abasí y, a partir de este momento, se inicia una recuperación de esta dinastía en torno al reino de al-Andalus y a la ciudad de Córdoba. La obra más emblemática de este periodo es
la mezquita de Córdoba (780-990), iniciada en tiempos de Abd al-Rahman I y ampliada sucesivamente por sus herederos.
Se trata de una enorme mezquita (2,4 ha de superficie) que sigue el modelo de la de Damasco, con la particularidad de que las naves se orientan longitudinalmente hacia el muro de la quibla. Además, se introduce el arco de herradura (tomado de los modelos visigodos), que se decora con franjas rojas características del arte cordobés. Otra de las construcciones de este periodo es el colosal palacio de Medinat al-Zahara (comenzado en 936), casi una ciudad construida para la corte por el primer califa Abd al-Rahman III. El califato de Córdoba sucumbió ante el empuje de los pueblos bereberes del norte de África y de los reinos cristianos del norte de la península, que coincidieron con su desintegración interna. Sin embargo, casi todo el sur de España continuó bajo el dominio musulmán hasta finales del siglo XV. En Sevilla se conservan restos de la antigua mezquita almohade (convertida en catedral) y sobre todo su alminar, la Giralda (1184-1195), construido en ladrillo sobre planta cuadrada y rematado como campanario cristiano en 1560. El último reino musulmán sobre la península Ibérica fue el de Granada, vasallo de la corona castellana y gobernado por la dinastía Nazarí. La Alhambra de Granada (1334-1391), fortaleza y residencia real, es el palacio islámico mejor conservado de toda la edad media. Su arquitectura compartimentada, así como las sutiles relaciones que se establecen con el paisaje circundante y los jardines y estanques interiores, la convierten en uno de los ejemplos más conmovedores de la arquitectura residencial de todos los tiempos. Véase Arte y arquitectura hispanomusulmanas.